OSLO, 1 jul (Reuters) – La demanda mundial de petróleo y las emisiones de dióxido de carbono probablemente alcanzaron su punto máximo en 2019, ya que las consecuencias de la pandemia de COVID-19 tendrán un impacto duradero en ambos, dijo el miércoles la consultora de energía DNV GL.
La consultora con sede en Noruega, que asesora tanto a empresas petroleras como de energía renovable sobre gestión de riesgos y tecnología, dijo que el uso mundial de energía sería un 8% menor en 2050 de lo que se esperaba anteriormente debido al impacto de la pandemia.
“Los cambios perdurables de comportamiento en los viajes, los desplazamientos y los hábitos de trabajo también disminuirán el uso de energía y reducirán la demanda de combustibles fósiles del sector del transporte, así como de la producción de hierro y acero”, dijo DNV GL en un comunicado.
“Aunque esperamos que la demanda de petróleo se recupere el próximo año, creemos que es probable que nunca alcance los niveles vistos en 2019”, dijo a Reuters Sverre Alvik, jefe de Perspectivas de Transición Energética de DNV GL.
La Agencia Internacional de la Energía dijo el 16 de junio que no esperaba que la demanda de petróleo volviera a los niveles pre-pandémicos antes del 2022 debido a la caída de los viajes aéreos. DNV GL pronosticó previamente que la demanda de petróleo se estancará en 2022.
La energía renovable se ve beneficiada con la crisis, ya que cuando la demanda total de energía cae, se prefieren fuentes más baratas como la eólica y la solar, dijo Alvik.
Si bien es probable que las emisiones mundiales de CO2 también alcancen su punto máximo en 2019, la reducción prevista en el futuro no será lo suficientemente pronunciada como para cumplir los objetivos del acuerdo climático de París.
Se necesitarán otras medidas como la captura y almacenamiento de carbono (CCS) y un mayor uso del hidrógeno, dijo DNV GL.
Reporte de Nerijus Adomaitis; Editado en español por Daniela Desantis